Trajes.. trajes.. marcas... totems de estupidez

Desde pequeños se nos educa para ver a la gente 'trajeada' como la cumbre de la elegancia y moderación. Los políticos, banqueros, dueños de grandes muntinacionales, en definitiva la gente con poder para cambiar el mundo, lleva trajes...

Los grandes jefes siempre los llevaron, ya en la antiguedad en forma de grandes sombreros o capas engalanadas, como en la actualidad con nombres de marcas sonoras...

Todo para hacernos creer que, el uniforme, el traje, el paquete en el que la gente va envuelta, demuestra la valia de aquel que es portador de tal símbolo...

Puede que ya no haya reyes ni subditos en occidente, pero está claro que, con nombres moralmente más correctos, las diferencias, los totems que marcan nuestro ir y venir por este mundo, son y siguen siendo dirigidos por las marcas que portamos.

Trajes ajustados, inflexibles, creados para moldear nuestra visión de 'lo mejor', 'lo más correcto', 'lo idóneo'... Marcas, marcas de símbolos que se nos imponen y que aceptamos al ser moralmente... moralmente más moldeable.